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Escapada romántica: celebrando la vida en pareja

 

Un fin de semana romántico va más allá de pasar un par de noches en un hotel rural o un hotel con encanto. Consiste en alojarse en un establecimiento especial y diferente pero, además de ello, disfrutar de las comodidades de la habitación, de las instalaciones, del entorno y… de la pareja.

Se trata de un reencuentro muy esperado entre ambos pues muy a menudo, debido a la rutina, se deja en segundo plano. Debéis volver a disfrutar plenamente. Por eso, resulta importante que planifiquéis la escapada romántica con tiempo y procuréis ir viviendo los momentos previos con antelación: solo con imaginarlo, ya estaréis construyendo un ambiente propicio para la intimidad.

En primer lugar, hay que acertar en la elección del hotel romántico con el fin de que deje en la memoria un recuerdo imborrable. Y esa elección debe ser bien pensada: el paquete del hotel ¿incluye algún detalle especial para la escapada (cava, bombones, menú especial para parejas, etc.? ¿Se ubica en el lugar donde se deseáis (centro de la ciudad, en plena naturaleza, a pie de playa)? ¿Presenta el destino en sí algún programa o visita especialmente ideados para parejas (espectáculos, paseos en barco o a caballo, visitas nocturnas? ¿Ofrece esa intimidad que tanto esperáis volver a experimentar?

Todas son cuestiones que debéis plantearos antes de reservar el hotel: se trata de una escapada romántica fuertemente ansiada y, por ello, el establecimiento ha de reunir el máximo de detalles y propuestas que puedan gustar a los dos.

Una escapada romántica siempre enriquece y viene bien a la pareja; además, está especialmente indicada para aquellas que viven continuamente bajo estrés. En este caso, tenéis que buscar un alojamiento que ofrezca instalaciones para el relax, el descanso y el bienestar: hoteles con spa, jacuzzi, sauna, servicio de masajes (individuales o en pareja) y, a ser posible, con técnicas wellness como aromaterapia, chocolaterapia, vinoterapia, etc.

Otra buena idea es optar por un fin de semana romántico y gastronómico: una cena a la luz de las velas o incluso servida en la misma habitación con un camarero solo para los dos compuesta por un menú afrodisíaco. Además de la comida, la bebida puede ser también la protagonista: una visita a unas bodegas con cata incluida resulta igualmente una buena elección, así como un relajado paseo por mercados artesanales donde comprar velas y jabones aromáticos.

Debéis compartir el tiempo y disfrutar de momentos únicos, así que también podéis planear actividades comunes como senderismo, juegos de paintball, talleres de reiki, cursos intensivos de fotografía, una vuelta en globo o algún concierto; en definitiva, todo lo que os haga ilusión y que no soláis realizar en el propio hogar por falta de tiempo. Estas escapadas son perfectas para renovar energías y qué mejor forma que a través de la diversión y en contacto con la naturaleza.

Buscad, ante todo, la novedad, salid de la rutina, vivid intensamente pero relajados unos días a solas, en un lugar que sea acogedor pero con la suficiente intimidad, un sitio donde podáis retomar la relación, la pasión, el entendimiento. Para ello, nada mejor que preparar con antelación el fin de semana: número de noches (escoged un late check out, de forma que el día de regreso no se tengáis que madrugar), tipo de habitación (suite con jacuzzi, habitación con terraza, vistas, ducha o bañera), elección de las actividades, sistemas de desplazamiento (tren, coche, avión o autobús), etc.

Además, incluso la pareja se puede plantear vivir su propia película. Podéis recrear alguna escena de esos famosos filmes románticos cuyos protagonistas viven un amor intenso y apasionado; por ejemplo, podéis optar por encarnar los papeles de Richard Gere y Julia Roberts en Pretty Woman. Bastará entonces con solicitar en recepción que suban a la habitación una botella de champán acompañada de sabrosas fresas. También se pueden encontrar los miembros de la pareja como completos desconocidos jugando a volver a conocerse en el bar del hotel. Todo es cuestión de elegir bien el alojamiento para el fin de semana romántico, el destino, los extras, el \»decorado\» y… dejar rienda suelta a la imaginación. Lo demás debe correr de cuenta del hotel, así que resulta imprescindible asegurarse previamente de que lo que se ofrece es justo lo que se está buscando.

Un fin de semana romántico puede ser el regalo ideal para un aniversario o la ocasión para celebrar una fecha especial para la pareja, pero también constituye una oportunidad para desconectar del trabajo, del estrés y los problemas del día a día e incluso de los hijos. Los niños son adorables, pero un fin de semana solos será muy beneficioso para la relación y hasta para los más pequeños: se sentirán felices al comprobar que el amor sigue vigente entre sus padres. Asimismo, una escapada de este tipo resulta ideal para reencontrarse, para volver a los principios de la relación, a aquellos días donde solo existía el uno para el otro. De vez en cuando resulta necesario y enriquecedor volver a experimentar las sensaciones del principio olvidadas por los ritmos de la vida diaria. Una escapada romántica hará celebrar algo muy importante, valioso y que merece la pena cuidar: la vida en pareja.

Un baño lleno de burbujas en el jacuzzi del hotel relajará, una sauna os hará sentir bien como nuevos, la cena a la luz de las velas favorecerá mirarse a los ojos y degustar platos únicos, los paseos darán lugar a tertulias y confidencias, las excursiones harán fluir sensaciones nuevas otra vez de nuevo juntos, tomar el sol leyendo o escuchando música en la terraza de la habitación traerá el Paraíso a la pareja. Una buena forma de comenzar el día consiste en pedir el desayuno en la cama; por su parte, comprar un souvenir del destino os hará recordar para siempre esa escapada romántica inolvidable. En definitiva, cambiar de rutina aportará un nuevo aliciente más para esperar hasta la próxima escapada.

¿Necesitáis alguna razón más para decidiros a planificar un fin de semana romántico en pareja? Seguro que, estando juntos, descubrís algunas motivaciones más, ¿verdad?